Adéntrate en el mundo del maestro del clasicismo y conoce 3 legendarias obras de Wolfgang Amadeus Mozart que deleitan el oído.
Pocos genios en la historia han tenido un oído tan prodigioso como el del austriaco Wolfang Amadeus Mozart, quien desde los cinco años mostraba una destreza particular con el teclado y el violín.
Desde muy temprana edad, el músico supo componer melodías que anonadaban a la más alta aristocracia de su época, por lo cual fue contratado antes cumplir la mayoría de edad por la corte de Salzburgo.
A lo largo de su vida creó más de 600 implacables piezas, dentro de cuales se reconocen obras maestras de ópera, de música sinfónica, concertante, coral, cámara y para piano.
Si comienzas a adentrarte en el mundo de la música clásica y te gustaría conocer algunas de las obras más emblemáticas de este maestro del clasicismo te recomendamos comenzar, sin lugar a duda, por escuchar Las bodas de Fígaro (Le nozze di Figaro), una ópera de cuatro tiempos que fue compuesta entre 1785 y 1786 y se estrenó en Viena a cargo de la dirección del mismísimo Mozart, basada en la pieza de Pierre Agustin Caron.
En segundo lugar, cabe mencionar a la Sinfonía 40 en G menor, escrita en 1788, al igual que la Sinfonía 25, y que es descrita por muchos de los grandes músicos como una de las más hermosas piezas de la historia. En palabras de Wagner: “esta es una obra de belleza indestructible. El Andante es exuberante, lleno de pasión y audacia. La belleza de sus últimos compases me sugiere el ideal de la muerte a través del amor”.
Por último, no podemos dejar de lado la hermosa composición de Eine Kleine Natchmusic, o Serenata en Sol Mayor; compuesta mientras trabajaba en la famosísima ópera de Don Giovanni durante el verano de 1787 en Viena. La serenata, en aquella época, estaba ligada a los eventos sociales, como podían ser las bodas, cenas o banquetes y, como tal, Eine Kleine se destaca por su espíritu alegre, su vivacidad y melodía impecable.
Aquí mencionamos tres de sus grandes obras, sin embargo, vale la pena empaparse en el mundo de Mozart y descubrir todas las maravillas que ha dejado a la posteridad, como lo son La flauta mágica, El rapto del serallo, Réquiem o Cosi fan tutte.
Su temprana muerte ha constituido una de las más dolorosas pérdidas para la cultura universal.
Moviéndonos al romanticismo encontraremos a uno de sus más grande exponentes.
Pocas figuras musicales suponen tal paradoja como Richard Wagner. ¡Conoce su apasionante historia e inspírate con sus obras!
Como buen exponente de la época del romanticismo, Richard Wagner ha sido a menudo considerado como el genio más paradójico de la historia de la música, no sólo en su composición, sino también en su personalidad.
Con un carácter por demás egocéntrico vivió gran parte de su vida sintiéndose incomprendido por su realidad circundante y a la vez con una depresión latente gracias a su difícil situación económica (que lo persiguió durante gran parte de su vida) y que a la edad de cincuenta años derivó en una fuerte crisis emocional.
Vida de Richard Wagner
Antes de casarse con Cósima Liszt, con quien tuvo tres hijos y sería feliz hasta el último día de su vida, mantuvo relaciones pasionales y tormentosas, de donde surgió la inspiración para crear una fabulación romántica que necesitó para escribir Tristán.
Wagner poseía una concepción del “arte total” y solía planificar la totalidad de su obra, la cual llevará a cabo sin titubeos hasta el momento de su muerte, y no fue hasta el aparente fracaso de los estrenos de El holandés errante, que comenzará a vislumbrar como posible esta visión totalitaria.
Quizá se deba en parte al amor por el marco filosófico que fraguó una relación de amor/odio con el filósofo Nieztsche, quien vio en él “la afirmación de una voluntad creadora y una falta de sometimiento a las reglas convencionales del arte”.
Sin embargo, su amistad se vería mermada por polémicas fuertes una vez que el músico incorporara elementos pararreligiosos y nacionalistas a su visión estética, lo cual acabaría por separarlos.
Más que aficionados, Wagner contaba con fieles devotos y de hecho se construyó un teatro (Bayreuth) como templo a su exclusiva gloria y no es de extrañarse, pues el mismo Baudelaire expresó acerca de su música: “al escuchar esta música ardiente y despótica parece que se encuentran, pintadas sobre un fondo de tinieblas desgarradas por el ensueño, las vertiginosas concepciones del opio”.
En cuanto a su música, Tristán e Isolda, basada en la antigua leyenda celta, es una de sus mejor logradas obras e incluso se comentó que nunca alguna ópera había ejercido semejante fascinación sobre un público tan diverso.
Sin embargo, Parsifal es probablemente la obra maestra del músico, en una explosiva combinación de espiritualidad cristiana y tradición esotérica.
Ya que estamos hablando de grandes de la música no estaría mal que nos envolviéramos un poco más en este arte.
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